En los primeros siete meses del año en curso, la administración de la Ciudad de Buenos Aires ha impuesto un considerable número de infracciones al transporte público, señalando un promedio diario de 46 multas dirigidas a colectivos. Esta información proviene de un reciente estudio elaborado por el Ministerio de Seguridad y Justicia de la capital argentina. A lo largo de este período, se registraron un total de 9,904 sanciones, de las cuales el 32% se debió a excesos de velocidad, el 23% a la desobediencia de señales de semáforo y el 15% a la invasión de espacios peatonales.

Particularmente, la línea 152 ha destacado por ser la más infraccionada, acumulando 379 multas que equivalen a un total de $32,190. La mayor parte de los operativos de control se están llevando a cabo en puntos críticos como la Avenida 9 de Julio y otras arterias principales, donde agentes de tránsito y vehículos equipados con radares realizan las mediciones de velocidad. También hay monitoreos en áreas emblemáticas como el centro comercial de la Avenida Avellaneda.

Sin embargo, a pesar de la cantidad de infracciones impuestas, existen preocupaciones sobre la efectividad de estas sanciones, ya que muchas multas no son pagadas por las empresas de transporte. Además, se ha señalado la falta de seguimiento judicial en casos donde colectiveros han estado involucrados en accidentes fatales, lo que pone de manifiesto un potencial vacío en la rendición de cuentas.

### Nuevos Ángulos

Este fenómeno no solo refleja problemas en la disciplina del transporte público, sino que también plantea interrogantes sobre la eficacia del sistema de control y la responsabilidad empresarial en la seguridad vial. La tendencia de no pagar multas podría insinuar una cultura de impunidad entre algunas de estas empresas. De hecho, es posible que estas infracciones tampoco se traduzcan en cambios necesarios en la capacitación y conciencia de los conductores, lo que podría contribuir a la perpetuación de esta situación.

### Contexto Histórico

Este escenario se sitúa en un contexto más amplio de discusiones sobre seguridad vial en Argentina, donde el número de víctimas en accidentes de tráfico ha sido motivo de alarma durante años. La falta de sanciones efectivas y la escasa repercusión penal para conductores de transporte público son temas que necesitan ser abordados con urgencia para garantizar la seguridad de los peatones y otros usuarios de las vías.

### Valor Añadido

Para profundizar en este asunto, podría ser útil analizar los datos sobre accidentes causados por colectivos en comparación con otros vehículos en la ciudad. Además, explorar qué medidas se están tomando en otras ciudades del mundo para manejar el comportamiento de los conductores del transporte público puede ofrecer ideas valiosas para reformar el enfoque actual en Buenos Aires. Otras preguntas que surgen incluyen: ¿Cuál es el impacto real de estas infracciones en la percepción de seguridad pública? ¿Qué estrategias pueden implementarse para fomentar una mayor transparencia y pago de multas por los operadores de transporte?

En conclusión, aunque los datos reflejan un esfuerzo en la supervisión del transporte público, también apuntan a una cultura que puede requerir una revisión sistemática para lograr un cambio significativo hacia la seguridad vial en la Ciudad de Buenos Aires.