La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha aprobado recientemente un incremento significativo en el valor de la unidad fija utilizada para las multas de tránsito, elevándolo de $1,20 a $1,66. Esta modificación implica que las sanciones, como por estacionamiento indebido o el no uso del cinturón de seguridad, verán un aumento del 38%. Por ejemplo, una infracción que anteriormente costaba $180 ahora ascenderá a $249. Este cambio responde a la necesidad de ajustar el costo de las multas a la inflación actual y a la intención de alinear las tarifas con las de otras jurisdicciones. Adicionalmente, el costo del acarreo de vehículos también ha sido ajustado, pasando de $190 a $350.
El ajuste en el valor de la unidad fija, que se mantenía sin cambios desde 2009, busca no solo actualizar las sanciones en el contexto inflacionario, sino también disuadir a los conductores de cometer infracciones. Martín Ocampo, diputado del PRO y coautor del proyecto, menciona que «el objetivo es que sea costoso cometer infracciones», sugiriendo que la actualización de las multas tiene una función educativa y de prevención.
Un aspecto notable es el desajuste existente entre los valores de las multas en la Ciudad y la Provincia, donde el costo por infracciones es considerablemente más alto. En ciertas áreas de la provincia de Buenos Aires, las multas oscilan entre $325 y $650, lo que señala la necesidad de armonizar las políticas de tránsito en ambas jurisdicciones. Esta iniciativa es parte de un esfuerzo más amplio por adherirse a un Plan Nacional de Seguridad Vial, que busca implementar medidas coordinadas para mejorar la seguridad en las rutas.
Sin embargo, esta ley no pasó sin críticas. Rocío Sánchez Andía, diputada de la Coalición Cívica, expresó una disidencia al considerar que el sistema de unidades fijas no es equitativo ya que se asignan diferentes valores para distintas leyes, lo que podría poner en peligro el principio de equidad en la aplicación de sanciones. Además, algunos expertos en seguridad vial han manifestado que el aumento de las multas puede no ser suficiente para cambiar el comportamiento de los conductores. Gustavo Brambati, ingeniero y especialista en seguridad vial, argumenta que aunque un aumento puede generar una atención temporal de los infractores, eventualmente perderá su efectividad, sugiriendo impulsores como un sistema de «scoring» que podría tener un efecto más duradero.
Este incremento de multas y el reajuste del costo de acarreo abren un espacio relevante para el debate sobre cómo abordar la seguridad vial de manera más integral, desde la educación del conductor hasta la implementación de incentivos que promuevan el respeto a las normas de tránsito. La discusión sobre un sistema de scoring podría ser un camino a explorar en investigaciones futuras, así como un análisis de los impactos que estas medidas tienen en la reducción de accidentes de tránsito y la concienciación ciudadana. La interacción entre políticas locales y provinciales también presenta nuevas áreas para el estudio de cómo las diferentes normativas pueden influir en el comportamiento de los conductores y en los índices de accidentes.